Fecha: Martes, 26 de octubre de 2010.
Hora: 19:00 - 20:00 .
Lugar: Dojo Kanazawa de Valladolid
Clase técnica de Kendo impartida por el Sensei José Manuel Collado.
Más info: http://www.jmcollado.com/
Se puede definir al Kendo como la aplicación de las técnicas del manejo de la espada japonesa en el desarrollo de una disciplina deportiva. Pero un simple vistazo superficial nos basta para darnos cuenta que el Kendo no es un simple deporte y que tanto su aprendizaje como su equipamiento requieren más que una simple definición. Esta explicación, va dirigida a todo aquel que esté de verdad interesado en el inicio de esta vía: la vía de la espada.
Nadie puede afirmar quien fue el fundador del Kendo: La vía del sable. Las técnicas del manejo del sable han seguido una evolución natural. Primitivamente los sables eran objetos destinados a vencer a los animales salvajes. A continuación se emplearon en armas de ataque y defensa empleadas por los hombres entre si mismos. El Kendo no ha sido creado ni desarrollado por una o varias personas en particular: es el fruto de una larga experiencia en combates reales, aunque no tengamos ningún vestigio de esta larga evolución. En la tradición japonesa, el respeto al sable existe desde hace mucho tiempo, como lo testimonia el hecho de que una de las tres piezas principales del tesoro imperial sea un sable. Se puede decir que el sable ha recibido, en Japón, una veneración casi religiosa. Los diversos periodos históricos atravesados por lo que hoy conocemos como Japón, juntamente con el carácter y cultura de los habitantes de sus islas, hicieron del manejo de la espada una actividad crucial para la supervivencia y al mismo tiempo un arte. Con el paso de los años este arte fue enriqueciéndose con fuertes influencias morales de carácter religioso venidas del continente: el budismo y el confucionismo. También se hizo más exclusivo y acabó perteneciendo a un tipo de personas con una marcada filosofía de vida: la casta Samurai.
Debido a que el entrenamiento con sables de metal e incluso de madera maciza causaba muertes y daños innecesarios, armeros y maestros de espada japoneses crearon, hacia el 1710, los sables de láminas de bambú. Fue sobre el año 1740 cuando se diseñaron protectores de pecho y cabeza, así como unos toscos guanteletes. Como puede imaginarse el sable original de bambú y las diversas protecciones eran al principio muy simples y primitivas. A través de los años los armeros japoneses fueron refinando su diseño hasta llegar a la armadura o “bogu” que hoy conocemos.
A mediados del siglo XIX, al inicio de la era Meiji, cuando Japón abre definitivamente sus puertas a occidente y la revolución industrial, se proclama la abolición de la clase Samurai y la prohibición expresa del uso de los sables. Es entonces cuando el arte del manejo del sable está a punto de desaparecer. Las posteriores revueltas sociales junto a las guerras con China, Rusia y finalmente la II Guerra Mundial, hacen renacer al Kendo, parte integrante del entrenamiento con sable desde el siglo XIV, como elemento tradicional de la vida japonesa. El aspecto militarista de la sociedad japonesa de mediados del siglo XX hizo de la práctica del Kendo, una vez perdida la guerra, un elemento de desconfianza a ojos de los vencedores, así que, ya fuera con katana o ya fuera con shinai, su práctica fue prohibida.
El Kendo volvió a formar parte de la vida social de los japoneses, después de un tiempo de purga durante el cual se estudiaron otras maneras de presentarlo, más como un deporte y una filosofía, purificada de elementos nacionalistas y militaristas. Fue así como, en 1952, fue fundada la primera federación deportiva de Kendo (Zen Ken Ren) y fueron levantadas las restricciones para formar parte de un programa de educación física a nivel nacional, mostrando al Kendo como un medio de desarrollar el cuerpo y el espíritu de la gente joven.
Es necesario no olvidar que el Kendo reconocido oficialmente está muy lejos del arte marcial del periodo feudal japonés. Al margen de las legítimas motivaciones personales de practicantes de Kendo de todo el mundo, existe una definición en cuanto a su propósito, definición acuñada por los responsables de las actuales Federación Japonesa de Kendo (Zen Nihon Kendo Renmei) y la International Kendo Federation (I.K.F.) : “El propósito de la práctica del Kendo es: moldear la mente y el cuerpo. Cultivar un espíritu vigoroso y, mediante el entreno correcto y disciplinado, esforzarse para mejorar el Kendo como arte, perseverar en la cortesía y el honor, relacionarse con los demás con sinceridad y cultivar el conocimiento de uno mismo. Todo ello ha de contribuir a amar a su propio país y a su sociedad, a contribuir al desarrollo de la cultura y a promover la paz y la prosperidad entre los pueblos.”