La Escuela de Arte y Superior de Diseño quiere contribuir en un acto de solidaridad con el pueblo japonés recientemente sacudido por la tragedia. Dice la leyenda japonesa que con mil grullas de papel conseguiremos un deseo, como centro de enseñanzas artísticas pretendemos enviar nuestros y vuestros mejores deseos en forma de grulla de papiroflexia.
Basado en la historia de la niña Sadako Sasaki, víctima de la bomba atómica de Hiroshima durante la II Guerra Mundial, el acto que planteamos consistirá en la realización de 1.000 grullas con deseos de los zamoranos para el pueblo japonés. Estará coordinada por profesores y alumnos de la EASD de Zamora que enseñarán a todos aquellos interesados en participar como realizar una grulla de papel, con el conjunto de todas ellas se completará la bandera de Japón, posteriormente las recogeremos y las haremos llegar a una institución artística del país nipón.
Esta actividad está abierta a todos aquellos interesados en colaborar con este acto simbólico y tendrá lugar el sábado 26 de marzo de 2011 bajo la pérgola de la plaza de la Marina de Zamora, y si las condiciones climatológicas no son adversas nos trasladaremos a la pérgola de la plaza de Castilla y León. El horario será desde las 11:00 hasta las 14:00 horas.
Puedes consultar el viernes 25 de marzo la ubicación exacta en nuestro apartado de noticias de la página web y en facebook:
HISTORIA DE SADAKO SASAKI
Sadako Sasaki fue una joven que vivió cerca del puente Misasa en Hiroshima (Japón). El 6 de agosto de 1945 sólo tenía dos años cuando Estados Unidos hizo estallar dos bombas atómicas sobre la población civil. En el momento de la explosión estaba en su casa, que se encontraba a 1,5 km de la zona cero de la deflagración. Nueve años después, Sadako era una niña fuerte, atlética y con mucha energía. Mientras corría una carrera, empezó a sentirse mal y cayó al suelo. Le fue diagnosticada leucemia, conocida como «enfermedad de la bomba A».
Su mejor amiga, Chizuko Hamamoto, le recordó una vieja tradición sobre alguien que realizó mil grullas en forma de figuras de papel (origami) y gracias a ello los dioses le concedieron un deseo. Con sus propias manos, Chizuko le regaló la primera grulla que realizó en papel dorado y le dijo: «Aquí tienes tu primera grulla». Sadako tenía la esperanza de que los dioses le concedieran el deseo de volver a correr de nuevo. Al poco tiempo de empezar su tarea conoció a un niño que le quedaba muy poco tiempo de vida por la misma causa, la leucemia, le animó a que hiciera lo mismo que ella con las grullas pero el niño respondió: «Sé que moriré esta noche».
Sadako pensó que no sería justo pedir la curación sólo para ella, y pidió que el esfuerzo que iba a hacer sirviera para traer la paz y la curación a todas las víctimas del mundo.
Con el papel de los botes medicinales y otros que iba encontrando llegó a completar 644 grullas de papel. El avance de la enfermedad impidió que acabase de realizar la tarea, muriendo el 25 de octubre de 1955 (a los 12 años de edad) tras 14 meses de ingreso en el hospital. Sus compañeros de escuela, después de su fallecimiento, llegaron a completar el número, aportando las grullas que faltaron por hacer hasta 1.000.
Los compañeros de escuela y amistades pensaron dedicarle un monumento donde se representaría a Sadako sosteniendo una grulla dorada en su mano, también dedicada a todos los niños que murieron a causa de las dos bombas atómicas.
Y por fin, en el Parque de la Paz de Hiroshima fue construida la estatua dedicada a Sadako en 1958, en la base está escrito «Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo». La historia fue tan impactante que trascendió los límites de Japón, convirtiéndose en un referente mundial de los movimientos pacifistas.